El ODS 9 de la ONU forma parte de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Los objetivos de este ODS son bastante específicos, pero en términos generales, la intención es promover la sostenibilidad industrial a través de soluciones que combinen un alto rendimiento y un bajo impacto ambiental. Siga leyendo y comprenda cómo la industria puede aplicar los ODS de la ONU a partir de sistemas innovadores e inteligentes.
¿Qué dice el ODS 9 de la ONU y por qué es tan importante?
El principal objetivo del ODS 9 de la ONU es lograr un desarrollo sostenible a partir de soluciones tecnológicas en las industrias, que ayuden a combatir los problemas ambientales y sociales. En cuanto al medio ambiente, una de las preocupaciones es la lucha contra el calentamiento global. En términos sociales, el ODS de la ONU pretende promover una distribución más democrática de las oportunidades de empleo y del acceso a los servicios básicos.
En otras palabras, la intención es que las industrias no sólo se conviertan en espacios más sostenibles, sino también más inclusivos, fomentando la participación de las pequeñas empresas en la cadena de producción y generando así más empleo y calidad de vida para la población. Podemos resumir la importancia del ODS 9 de la ONU de la siguiente manera:
- Promueve la construcción sostenible, eficiente y resistente;
- Hace que los procesos productivos sean más inclusivos y democráticos;
- Fortalece la investigación y el desarrollo tecnológico;
- Aumenta el acceso de las micro y pequeñas empresas a los sistemas financieros;
- Democratiza el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
¿Qué son las infraestructuras resilientes?
La construcción de infraestructuras resilientes es una de las metas del ODS 9 de la ONU para cumplir los acuerdos de la Agenda 2030. Una infraestructura resistente es aquella que absorbe los impactos (ambientales o sociales) con agilidad y eficiencia. La práctica de la readaptación industrial es un ejemplo de la búsqueda de infraestructuras resistentes, ya que esta práctica moderniza las estructuras antiguas para que el proyecto sea más sostenible y funcional.
Como sabemos, las consecuencias adversas del cambio climático amenazan la calidad de vida en los centros urbanos y en las zonas rurales, aumentando incluso el riesgo de catástrofes medioambientales.
En este sentido, la inversión en infraestructuras resilientes supone racionalizar el uso de determinados recursos para promover líneas de producción inteligentes, prestando servicios de calidad sin causar riesgos ni trastornos a las comunidades de población.
¿Cómo es el ODS 9 de la ONU, la industria, la innovación y las infraestructuras en todo el mundo?
Corea del Sur, Alemania y Finlandia ocupan ahora el podio de los países más innovadores del mundo en materia de infraestructuras industriales. Eso es lo que dice la encuesta de 2019 de la empresa Bloomberg, que evaluó el Índice Mundial de Innovación a partir de algunos criterios clave de los ODS de la ONU, como:
- Inversión en investigación y desarrollo;
- Inversión en educación superior de calidad;
- Densidad de empresas públicas de alta tecnología.
Lo que llama la atención es que el resto de países que componen esta clasificación se consideran todos desarrollados, con un alto Índice de Desarrollo Humano (IDH). Ciertamente, al tratarse de lugares con gran capacidad de inversión, estos países salen ganando frente a los considerados subdesarrollados o en vías de desarrollo, como es el caso de Brasil.
El reto, por tanto, es promover un acceso más justo y democrático a los recursos de innovación y a las tecnologías sostenibles en los países que todavía están en el camino hacia la sostenibilidad industrial.
¿Cómo pueden las industrias alcanzar el ODS 9 de la ONU?
Hay criterios decisivos para que los países alcancen el ODS 9 de la ONU, como el potencial de inversión tecnológica mencionado anteriormente. Este logro, por tanto, dependerá de la evaluación de contextos específicos, considerando la disponibilidad de recursos, el tamaño y la actividad final de las industrias, por ejemplo.
En general, podemos decir que una de las formas de contribuir a la innovación en la industria y, por tanto, de adaptarse a lo que dice el ODS 9 de la ONU, es invertir en sistemas inteligentes que combinen alto rendimiento y reducción de costes en la cadena de producción. Un gran ejemplo son las soluciones de iluminación y ventilación natural, que aportan eficiencia energética a la fábrica sin renunciar a la eficacia de los sistemas.
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Estructuras como las cúpulas de iluminación natural, las claraboyas y las persianas de ventilación permanente pueden combinar el confort térmico, el ahorro de electricidad y la calidad de vida en el lugar de trabajo. Todas estas soluciones funcionan a coste cero de energía y, cuando están bien dimensionadas, favorecen el uso estratégico de los recursos naturales -sol y viento- para crear una nave industrial más saludable, cómoda y agradable.
El resultado de este proceso es una línea de producción optimizada, más económica y con empleados más motivados. Todo ello, por supuesto, sin generar impactos ambientales que puedan comprometer no sólo los índices de producción, sino también el futuro de las próximas generaciones.
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